Millonarios en vez de románticos.

A pesar de la corta edad que tengo y del poco fútbol que he visto comparado con otras personas, hay una frase relacionada con este hermoso deporte que siempre me ha llamado la atención y de cierta forma me he identificado con ella. "El fútbol romántico" puede hacer referencia a aquella época de medias cortas, esos "shorts" muy  por encima de las rodillas  y de uniformes poco estilizados, o también nos puede hablar sobre una forma de juego, ese estilo de juego en el que se suda durante 90 minutos, se busca al balón constantemente, se intimida al rival de toda forma posible y se sienten verdaderamente los colores del escudo. En realidad creo que es como una mezcla, esa forma de jugar al fútbol parece haber quedado muy atrás, allá en aquellos años.

Por las filas del Real Madrid ha pasado un sin fin de románticos, si me pongo a nombrarlos aquí esto se convertiría en un libro de varios tomos. Jugadores que entendieron el verdadero concepto de ser madridista y lo llevaron a la máxima expresión, sin dejarse amilanar por la prensa o por otros factores externos, su amor por el blanco merengue era incondicional. Claro que habían derrotas y errores, eran durísimas para estos jugadores y la pena los embargaba pero se levantaban para de cualquier manera corregir lo ocurrido. Conformarse no era una opción.

No solo eran los jugadores, también teníamos entrenadores y presidentes de estas características. Como no recordar a Don Santiago Bernabeu cuando se habla de este tema, quien lo daba todo por el club y sus jugadores. La anécdota de la Copa de Europa de 1956 frente al Rapid Viena en la cual fue al vestuario y llamó "Mujerzuelas" a los jugadores, seguido de un fuerte discurso que los haría remontar  y ganar aquel partido, es un claro ejemplo de lo que estoy hablando. Sin duda eran personas que sentían el fútbol al limite y no era un trabajo sino un estilo de vida.

Quedan pocos, ya es algo que a estas alturas de la vida casi no se ve. Se van retirando con el paso del tiempo y parece que sus hazañas no han sido bien comprendidas. Parece irónico, se pagan cantidades de dinero, que para personas corrientes serían utópicas, por jugadores que pareciera que no les gustara su trabajo, que no quisieran ganar. Sin embargo, creo que lo importante aquí no es el dinero, es el compromiso que tienes con un escudo y una afición que esta creyendo en tus virtudes y solo te pide compromiso. Estos millonarios que después de verse retratados de una forma lamentable en un partido van y tienen una fiesta, reparten comida a la prensa o son incapaces de defender a un compañero de los insultos de otros futbolistas. Después los ves llorando delante de las cámaras cuando oyen la palabra meritocracia.

Con el paso del tiempo te vas dando cuenta que ese beso al escudo durante la presentación de un jugador se ha convertido en una estrategia de mercadeo, que cuando la veo quedo con la incertidumbre de que tan real puede ser ese beso. Es verdad que actualmente hay jugadores que han realizado grandes cosas por este club pero gracias a estas acciones hay momentos en los que no los reconozco. Parece que no aprendieran, solo pedimos que lo dejen todo en césped y que salgan en busca de la victoria.

Lamentablemente quedan pocos.

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